Este verano pase por casa de Paco para ver si hacíamos algún
paseo. No estaba, pero me indicaron donde podría encontrarlo. Continúe la búsqueda
donde me endilgaron y allí lo encontré removiendo
archiperres y sacando fotos, como no. De otra de las casa del pueblo que a
pesar del abandono conservan retazos de nuestro tiempo. Donde la sencillez y belleza natural de las cosas te hacen
desviar la mirada a una pared de piedra un momento, contemplar
y
amar esa ráfaga que te infunde un
deleite espiritual.
Esta la repito porque se lo merece. La paleta de color de la roca es impresionante
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