domingo, 1 de noviembre de 2009
lunes, 5 de octubre de 2009
Llevar a la Virgen
COPITO DE NIEVE, eterno y rutilante
que, en piedra tosca y humildes rejolas,
el tiempo así te ha cristalizado,
bajo este palio azul del cielo sempiterno,
sobre ese verde esmeraldado
que las lluvias otoñales pintaron.
COPITO DE NIEVE en tu atalaya apostado:
eras –sin sospecharlo- el capricho artesanal del paisaje
y la conciencia de la infancia
cuando yo –solitario peregrino- te encontré
invocando a Nemosine
con las alas azules del recuerdo,
en otro lugar y en otro tiempo.
Me cautivo al instante
la humildad de tu gaya prestancia.
Me enamoro mas tarde
lo poco que de ti sabia la gente.
La oscura historia de tu pasado
y esas verdades que me confesaste mirándote.
Te quise sin pensarlo demasiado
cuando te ofreciste indefensa
desnuda,
pura
y virgen (que todo hay que decirlo)
al pensamiento excitado y perdido
para que entrara sin temor
en tu cuerpo de sombra
y aire
Te ame con la pasión del principiante
y así se produjo el milagro
y a la vez los dos fuimos fecundados:
yo, de este amor que canto a cada instante;
tu, de ser la causa, a la vez muda y parlante,
De oración
de lucha
fracaso y ..
de todo lo inalcanzable.
Theofilo Acedo Diaz
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